La pandemia ha supuesto una revolución en el ecosistema laboral en todo el mundo. El aumento del teletrabajo y la elección de modelos híbridos por parte de las empresas ha hecho que nuevas soluciones como el coworking se hayan convertido en una realidad adoptada por muchas empresas de todos los tamaños. El crecimiento de este fenómeno responde también a los cambios sociales, relacionados con la conciliación de la vida familiar – laboral y a la flexibilidad horaria, pero sobre todo a una nueva cultura empresarial, que deja la libertad a sus empleados de elegir dónde trabajar.
A estas consideraciones hay que añadir que, con el estallido de la crisis, el coworking está ganando cada vez más peso debido a que muchas pequeñas empresas o autónomos ya no pueden permitirse alquilar una oficina tradicional por el gasto que supone y decide recurrir a este tipo de espacio flexible que tiene precios más adecuados.
DATOS DE LOS ESPACIOS DE TRABAJO EN ESPAÑA
Centrándonos en nuestro país, como explican los datos de Coworking Spain, los espacios de coworking han experimentado un crecimiento del 39% desde que finalizó la pandemia, un porcentaje que, según Lexington, seguirá aumentando durante este año.
Se cuentan ya cerca de 2.000 los centros de trabajo flexible que operan por toda España. Madrid y Barcelona representan las ciudades que detienen más de la mitad de la oferta y en tercer lugar está València con 67 espacios a nivel provincial, dentro de los cuales 56 están ubicados en la ciudad. Así lo refleja el informe «Estado del Coworking en España 2022-2023», que se presentó el martes 9 de mayo 2023 en València en el marco de la XII Coworking Spain Conference 2023 (CWSC).
Sin embargo, hay que señalar que las tarifas han aumentado en el último año. Así, en 2022 la media en España era de 195 euros al mes, frente a los 188 euros de 2021, mientras que la tarifa diaria de media a nivel nacional era de 19 euros. En València es de 168 euros y 19,5 euros al día.
BENEFICIOS DE LOS ESPACIOS DE TRABAJO
Un dato sobre el que nos gusta investigar es el detectado por una encuesta llevada a cabo por Deskmag a trabajadores de coworking, según la cual los miembros de este tipo de espacios de trabajo sufren niveles de estrés más bajos que los que acuden a oficinas convencionales, por lo que su productividad aumenta notablemente. En primer lugar, la ventaja de no tener que ir físicamente a la oficina permite eliminar los problemas asociados a los retrasos, aumenta el tiempo libre a primera hora de la mañana, se reducen los costes asociados a los desplazamientos a la oficina (como la gasolina y los billetes de medios de transporte). Además, el modelo de coworking tiene incidencia también en la salud física de los empleados, ya que las personas que trabajan en estos lugares afirman sufrir menos dolores de cabeza y de espalda, gracias a los espacios de trabajo más confortables, modernos y fluidos.
Para finalizar, entre las consecuencias que ha provocado el excesivo teletrabajo de los últimos años se encuentran la sensación de aislamiento y el deseo de socializar. Estos son los principales motivos por los que los coworkers no solo buscan un espacio para trabajar, sino la posibilidad de conexión con otras personas. Comunidad es la palabra clave del coworking, que ofrecen la oportunidad de establecer relaciones humanas que permiten a sus miembros enriquecerse personal y profesionalmente compartiendo experiencias y conocimientos. De esta manera, los trabajadores tienen la posibilidad de entablar nuevas relaciones sociales y obtener nuevos contactos profesionales que den lugar a la creación de sinergias y oportunidades beneficiosas para ellos, para su negocio o para la compañía a la que representan.
¿HACIA DÓNDE AVANZAMOS?
Reinventarse o morir: así es cómo han tenido que afrontar la crisis provocada por la COVID-19 la mayoría de empresas y negocios. Las necesidades y prioridades de los coworkers han cambiado y solo sobrevivirán aquellos espacios que sepan ajustarse a ellas. Entre las principales tendencias hay que señalar:
- La búsqueda de contratos más flexible;
- Como la sociedad es cada vez más consciente de la necesidad de mantener una distancia prudencial con otras personas, hay que pensar a una reconfiguración de los espacios que ofrezcan soluciones con salas de menor capacidad y que permitan una separación prudencial entre sus usuarios;
- una menor rotación de coworkers;
- La celebración de eventos, workshops y talleres de diferentes tipos son un plus que ofrecen muchos coworkings para dinamizar el espacio y ofrecer contenido de valor a su comunidad;
- Nuevas medidas de seguridad e higiene para garantizar un espacio de trabajo seguro.
Es evidente que la crisis que vivimos marcará un antes y un después en las formas de trabajo actuales. Surgirán nuevas, cambiarán algunas y otras, sencillamente, desaparecerán. La implementación del teletrabajo y el blended working son dos de las principales tendencias al alza y los espacios de coworking se presentan como el mejor lugar donde practicarlas.
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